viernes, 25 de julio de 2008

RomanceSobreRuedas...

Un hermoso vídeo sobre una mujer que encuentra el amor andando en bicicleta, la perdida de su bici desencadena terribles alucinaciones pero es esto lo que la lleva a reencontrarse con su misterioso amor...

Espero que lo disfruten.

miércoles, 23 de julio de 2008

La bicicleta en Bellas Artes


Después de un largo silencio en este blog, el último paseo sabatino inspiró este post.
Salimos como siempre desde el Ángel de la Independencia, era una inesperada tarde soleada (julio en el DF es más bien gris) y pensamos que dado la lo pequeño del grupo (dos), era oportuno visitar algo interesante, pensamos en ir a Bellas Artes a ver la explosión dedicada a Antonieta Rivas Mercado. Ahí nos enfrentamos con lo que es característico del centro histórico los sábados por la tarde: todo muy lleno. Nos dio miedo dejar las bicis ahí en cualquier poste y pensamos además que así haríamos notar la necesidad de contar con bici estacionamientos, preguntamos al poli de la puerta: “Vayan al estacionamiento”. Ok, y ahí vamos. Mal pasamos la pluma, nos detuvieron dos polis: “¿A dónde? Si meten las bicis tienen que pagar como coche, por ‘reglamento’ ” ¡¿Cuál reglamento?! ¡Lo que nos faltaba! No estábamos dispuestas a pagar y menos como si fuéramos coche. Tras discutir inútilmente, cedimos y volvimos a la blanca explanada. La reja de bronce de una de las ventanas del sótano del Palacio de Bellas Artes era lo más cercano a un buen estacionamiento.
Aunque era previsible, no esperábamos semejante “operativo”: tres guardias de seguridad de Bellas artes, que casi sin mediar palabra nos dijeron que o quitábamos las bicis o las iban a quitar por “reglamento” cortando la cadena, les pedimos el reglamento y sus identificaciones, a lo que respondieron trayendo a tres policías preventivos y mostrando macanas. No había manera de dialogar, pedimos hablar con la autoridad y tratamos de convencerles de que nos mostraran el reglamento, que finalmente no era un “reglamento” sino una “consigna del jefe” (seguro algo así como “háganle la vida difícil a los ciclistas que visitan Bellas Artes”). Llegó la “autoridad”, un chirris más accesible: Que no, que no se puede, que hágale como quieran, que en la Alameda hay muchos postes, que a dónde van, que qué se train, etc. Finalmente dijo que los del sindicato de Bellas Artes tienen un estacionamiento, que él no prometía nada, pero que iba a intentar negociar para meter las bicis ahí. Por fin las dejamos en un lugar gratuito y medianamente seguro, tras perder casi 45 minutos, pudimos entrar a la exposición.
Absurdo, todo absurdo, pero es necesario hacer presencia. Si pueden, no dejen de ir en bici a Bellas Artes o a cualquier otro museo y traten de dejar su bici en un lugar seguro a ver como les va.


Los tres de la foto, son las “finas” personas que forman un comando anti-bicis por “consigna” y porque los va ver el jefe o alguien importante (así dijeron).

martes, 1 de julio de 2008

¿Qué es lo que más cansa de andar en bici por la ciudad?


Es una pregunta que me gustaría lanzar a los pacientes lectores de este blog.
La respuesta común de los que no andan en bici dirán que es “el esfuerzo físico”, pero los que andamos en bici sabemos que es igual o menor al que se hace al caminar en un periodo equivalente de tiempo. ¿Qué es lo más cansado? El estrés (que quedamos, ¿no que la bici des-estresa?). Sí, el estrés que nos producen los conductores estresados, el miedo al qué dirán, desconocimiento de la ruta y cierto complejo de inferioridad respecto a los otros conductores, una especie de mal pensamiento que te dice: “no tienes derecho a circular en la calle ¡por lento(a)!”.
Las primeras veces que una se sube a una bici, queda empapada de sudor en relativamente corto de tiempo, no por el esfuerzo físico, sino el esfuerzo psíquico de lidiar con todo lo anterior.
Lo curioso es que casi nadie nos cuenta de esta curva de aprendizaje para andar en bici urbana, mucho se hace hincapié en mejorar la condición física o dominar aspectos técnicos de la conducción (frenos, cambios, altura, etc.), y poco o nada sobre la actitud del ciclista. Por eso muchos no superan ese pequeño bache y terminan por suponer que el ciclismo urbano es para atletas olímpicos y pocos más. Ciertamente hay que atender a los aspectos técnicos, porque eso garantiza la buena comunicación entre la persona y la bicicleta, pero hace falta superar paulatinamente todo lo demás, para eso hago las siguientes recomendaciones:
• Analiza la ruta que seguirás antes que nada, después, ya con más confianza, podrás improvisar o perderte sin miedo.
• Los conductores estresados son otros conductores como tu, hazles saber que existes y con tranquilidad, cuando lo veas oportuno, cédeles el paso (tu estas en desventaja por volumen), si ellos tienen prisa, tu no, déjalos pasar y sigue tu ruta, que no te presionen ni te aceleren.
• Cultiva un sano “valemadrismo”, hace falta un poco de caradura para circular, que nadie te acompleje, ciclistas, peatones y conductores tenemos los mismos derechos y uno de ellos es moverse a la velocidad (lenta) a la que uno le de la gana (sin afectar a los demás en la media de lo posible). Obvio, no provoques a nadie.
• El miedo al que dirán es el mayor si se trata de llegar a la oficina o trabajo en bici, superarlo no es fácil, pero si llegas relajada, contenta, tu actitud lo dirá todo.