Resulta que hace ya muchos meses (¿más de un año, quizá?) fui en bici al Museo Frida Kalho en Coyoacán, que antes de la influenza estaba siempre muy lleno de turistas y pregunté donde podía dejar mi “vehículo”. De buen modo me dijeron que “ni idea”. En fin. A la puerta del museo hay montón de árboles y postes, todos a la vista del guarda de la puerta, así que no me importó dejarla por ahí. Pero, por no dejar, al salir pregunté por el buzón de sugerencias y les sugerí contar con un estacionamiento de bicis. La verdad es que ya hasta lo había olvidado, cuando el sábado pasado fui a la presentación de un libro en el jardín del museo y llegue en bici y ¡Oh sorpresa! Me trataron como si trajera un pequeño Mercedes, me hicieron pasar con todo y mi vehículo y ponerlo en un rincón muy seguro (entre las escaleras y herramientas de mantenimiento) que no es propiamente un bici-estacionamiento, pero lo que se agradece más que nada es la atención y buen modo, nada de caras, nada de peros…
Sí sirven de algo nuestras quejas y sugerencias.
Yo lo creo!... un amigo me ha contado resultados similares, el ha dejado peticiones de biciestacionamiento en plazas y edificios que vista y ha obtenido buenos resultados...
ResponderEliminarcomo diria mi abuelita: si uno no habla dios no lo escucha
Pidamos!! lo mas malo que puede pasar es que no nos den, pero de todos modos no teniamos y si nos dan que BIEN!! una batalla menos que librar