Pedalear, pedalear, nunca para atrás mirar
que nos vamos de paseo
que salimos de excursión
que adelante va la vida
y en la esquina vira un bus
en el cruce atraviesa un tren
y en la cuesta esperas tú.
(fragmento)
El pasado 10 de junio rodamos dos contingentes, uno salió de la Fac. de Filosofía y Letras en CU, lugar donde estudiara Liliana, otros salimos del Ángel de la Independencia, la noche nos protegía, las bicicletas cargadas de flores, globos y una esperanza: que mañana al salir a rodar el miedo no entumiera nuestros pies… La noche era perfecta, protegiendo nuestro camino, rodamos por Reforma, Niza, Orizaba, Cuauhtémoc y Universidad, a muy buen paso.
La llegada al punto de la ofrenda con un numeroso grupo de ciclistas que tomamos toda Av. Universidad, la participación de todos, llenaron de luz la ofrenda, mensajes escritos en la bicicleta fantasma por sus amigos “el mundo huele a ti come flores”, para los que no la conocimos ver su linda cara y mirada nos hermanó aun mas y nos impulsa a seguir promoviendo la bicicleta y no detener la lucha de cada día por tener el respeto que merecemos al transportarnos por la ciudad.
La experiencia valió la pena, conocimos a Oscar su eterno amante y admirador, a su familia y a sus amigos, entendimos el gran cariño que Liliana tenia por el mundo y por la vida, lo que por un lado estruja aun más el corazón al saber que la hemos perdido, sin embargo su muerte no quedara solo en el recuerdo, hoy hay una bicicleta que espera inmóvil y le recuerda a la comunidad que transita por Av. Universidad y Mayorazgo “Aquí se acabaron los sueños de una vida… NI UNA MAS”
Nancy, compañera de Bicitekas recito un fragmento del poema de Ricardo Esteban Carvajal (arriba citado) permanecimos ahí un tiempo mientras que otros ciclistas escribían mensajes en la banqueta con gises blancos, mensajes para Liliana, para peatones, para ciclistas, para todo el que quiera ver y entender que no pedimos nada malo, solo queremos rodar queremos una ciudad llena de bicis, y queremos respeto.
La bicicleta fantasma permanecerá ahí el tiempo que sea necesario, tu puedes ir a verla y ayudarnos a cuidarla, que esta trágica imagen sea el modo de levantar la voz.
De bajada la noche entra
de subida la luna sale
por el día la vida arde
se oyen claras las sonrisas a raudales.
Aquí me quedo entonces arriba de mi bici
mientras sigo imaginando
salto y zigzagueo la ruta
con el alma pedaleando.
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